jueves, 31 de diciembre de 2009

AVATAR EN CLASE

AVATAR EN CLASE

Después de ver esta película se me ocurren dos ideas que quiero comentar.

1ª.- AVATAR EN CLASE. Por las ideas y mensajes que aparecen en la película, esta merecería ser vista en las clases, en mis antiguas clases de filosofía e historia.

El cerebro humano como un conjunto de conexiones sinápticas casi infinitas, que encierran unas posibilidades de relación con energías sicofísicas, nos adentra en, por ahora, un misterio entre lo físico, lo químico y lo síquico.(TEMA MENTE Y CUERPO)

La relación mágica que tienen los navis con la naturaleza, la diosa y madre naturaleza es mística y religiosa. Es la voluntad antojadiza de la diosa la que determina la vida y la muerte. En una comunión profunda y respetuosa con ella los navis encuentran la felicidad. (TEMA EL PENSAMIENTO ARCAICO)

La conquista imperialista basada en intereses económicos que no duda en aniquilar todas las civilizaciones antiguas en aras del progreso económico capitalista aparece claramente reflejada en la película. (TEMA EL IMPERIALISMO EUROPEO Y NORTEAMERICANO)

El mensaje ecologista con tintes budistas, que nos hace reflexionar sobre el respeto a la naturaleza. (TEMA EL BUDISMO)

Estas son las ideas y los mensajes más importantes de la película. Son ideas muy fáciles y simples, tratadas con una gran sencillez y con poca profundidad. Todos estos temas se han tratado con más precisión y profundidad en las clases. Me atrevo a decir, en resumen, que la película es muy simple a nivel ideológico.

2ª.-AVATAR MEZCLA DE BELLEZA Y SUPERFICIALIDAD. Esta película tiene muy poco contenido ideológico, un argumento muy sencillo, pero en una carcasa muy bella. Los colores, las imágenes, el movimiento, los efectos especiales, la música, los paisajes, los monstruos… todo es una borrachera visual y sonora espectacular. Estamos definitivamente en la era de las imágenes y con las nuevas tecnologías éstas nos pueden cautivar. Una gozada .

Además esta película es un resumen de muchos géneros, un guiño a muchos estilos y películas. Vemos en ella otra POCAJONTAS, vemos en ella la doble realidad de MATRIX, también hay referencias a las películas del OESTE, INDIOS Y VAQUEROS, también nos sugiere las películas BÉLICAS, así mismo uno recuerda las películas de monstruos como PARQUE JURÁSICO, por citar sólo algunas referencias.

No falta por último una superficial autocrítica de la historia norteamericana. El reconocimiento de su imperialismo, el reconocimiento de la explotación, del armamentismo, del desastre ecológico y del cambio climático… les sirve para tranquilizar su conciencia. Pero, muy americano, al final es un exmarine americano el que salva la cultura de los navis.

En fin y a pesar de todo es una película de obligada visión. Un disfrute y una gozada sin más complicaciones. ¿Y tú qué opinas?

miércoles, 16 de diciembre de 2009

HARTOS DE POLÍTICA

HARTOS DE POLÍTICA.

La política es la ciencia o el arte de la buena y pacífica convivencia. Política es todo y por lo tanto es imposible desentenderse de ella. No podemos pasar de la política, porque es como pasar de los demás, es como anularnos como ciudadanos y como seres humanos.

“Yo paso de política. A mí no me interesa la política. Yo no hablo de política”.

-Cuántas veces hemos oído estas expresiones y, además, las hemos considerado

prudentes e inteligentes?

“Todos los políticos son iguales, todos ellos solo van a forrarse, todos son igual de ladrones. Sólo van a lo suyo, a sus intereses, a robar. Todos los políticos son unos corruptos y unos defraudadores”

- Sí, señor, totalmente de acuerdo. ¡Cuánta razón tienes!

“Otra vez, elecciones. Otra vez campaña electoral. Si todos dicen lo mismo, si todos prometen el oro y el moro.¿ Para qué votar y elegir, si luego no cumplen lo que prometen y sólo engordan sus bolsillos.?

- ¡Más conforme todavía, tienes más razón que un santo!. He votado muchas veces, casi por compromiso, pero no voy a votar más, me voy a abstener.

Este es el sentir de mucha gente. Y este es también el sentir de una parte importante de la juventud. Tal vez parezca justificada dicha actitud, pero es necia, peligrosa, e inmoral.

Me he pasado media vida intentando demostrar esto, desde mi puesto de profesor de historia y filosofía. No sé ni me importa mucho si he conseguido algo, pero he considerado que era mi deber, fruto de mis convicciones racionales sobre la vida social y política.

La vida humana necesita para desarrollarse, de la sociedad, de la colaboración de los demás, de la política. La sanidad, los precios de las comidas, las horas de trabajo, los sueldos, la seguridad de las calles, los embazados deseados y no deseados, las pensiones, los subsidios, las diversiones de la juventud, las parejas de hecho y de derecho, los hijos … En resumen, casi todos los aspectos de nuestra vida individual y colectiva están afectados, condicionados y hasta determinados por la Política. Las decisiones políticas, en forma de leyes, modulan y regulan toda nuestra vida. Luego pasar de política es pasar de la vida, de nuestra vida, y eso es bastante absurdo y necio.

Todos estos aspectos importantes para la vida individual y colectiva pueden ser determinados por unos pocos, por una gran mayoría, por unos expertos o por uno sólo.

Parece racional y lógico que fueran tomados por un acuerdo mayoritario, por un consenso racional entre todos los miembros de la colectividad. Sólo así tendríamos garantía de que las decisiones van a beneficiar a la gran mayoría. Las tecnocracias, las oligarquías y las dictaduras sólo han traído injusticias, discriminaciones, explotaciones y otras barbaridades que han quedado patentes en los libros y clases de Historia. Ahora bien, si pasamos de la política, si no nos tomamos en serio estos temas y cuestiones tan importantes, otros tomarán por nosotros estas decisiones, otros determinarán e impondrán las normas, las leyes, las pautas. Dejamos así el campo abierto para que técnicos, expertos, oligarcas y dictadores determinen todo a su favor y contra nosotros. Creo que queda claro que esta actitud pasota es muy peligrosa para todos y para cada uno.

La moralidad se relaciona con el deber, con la virtud, con la bondad. El ser humano frente al animal es responsable de sus actos y debe comportarse bien consigo mismo y con los demás. Este es el fundamento moral del ser humano. Sólo alcanzamos ese desarrollo moral si nos desarrollamos como tal seres humanos que somos. Es decir, si desarrollamos nuestra razón, nuestra libertad, nuestra sociabilidad. Estas son las tres características más específicamente humanas. Renunciar y pasar de política, no participar en las decisiones sobre el medio ambiente, la pena de muerte, la universalidad de la sanidad, los derechos humanos, el sistema de impuestos… es como renunciar a una parte importante de nuestra decisión racional, es como renunciar a ejercer la libertad responsable y comprometida , es como renunciar a organizar una sociabilidad más humana. Por todo ello, pasar de política puede ser inmoral.

¿Podemos, entonces, estar hartos de política?. Pues claro que sí. Estamos hartos de la política con minúsculas, de los políticos chapuceros y corruptos. Hartos de políticos sin categoría que solo buscan sus intereses, su buena imagen ante las cámaras, que sólo buscan ganar votos y hacen crítica partidista de los temas más trascendentes. Pero no podemos pasar de la Política con mayúsculas, de la gran política, de los temas importantes, de las decisiones trascendentes, de aquellas que se refieren a la vida humana individual y colectiva. Aquí es necesario participar, tomar partido, implicarse, comprometerse, argumentar y pelear. Como decía aquel: Si somos humanos, nada de los humanos nos es ajeno. Y la Política es lo que nos hace humanos, la que organiza una sociedad humana.

Ahora bien, las formas de participar son muy variadas y cada uno buscará la suya. Desde la abstención activa hasta la rebelión hay mil formas de comprometerse y de actuar en política.

Por último, son los jóvenes, los que acaban de estrenar su racionalidad, su libertad y su sociabilidad los más interesados organizar una sociedad más racional, libre y justa. ¡Ánimo y a por ella!