jueves, 29 de marzo de 2012

EL REGATO HA CAMBIADO

EL REGATO HA CAMBIADO Y YO TAMBIÉN

Toda mi vida laboral la he realizado en El Regato. Han sido 32 años dando clases a los alumnos de Bachillerato. Ha habido momentos malos y momentos muy buenos. Como se suele decir me he sentido realizado como persona y como profesor. Ha sido un lugar de compromiso social, de creatividad personal, de buenas relaciones sociales y afectivas. Me he sentido respetado, valorado y útil en mi labor de educador y profesor.

Después de tres años he vuelto para cumplir con el 15% del contrato de relevo y no me he reconocido en el mismo colegio. He sentido que no era el mismo centro, que me lo habían cambiado. Los alumnos ya no me conocían, ni me reconocían como profe. Era para ellos un simple guardián, pero sin porra.

Ya sé que la autoridad se gana y no se impone. Esto lo aprendí y lo experimenté hace muchos años y ahora se ha confirmado. Es muy difícil ganar autoridad, cuando no vas a enseñar nada, cuando sólo vas a vigilar un par de semanas y además cuidando a adolescentes de 13 años. ¿Pero qué pensabas? ¿Tú no has cambiado también? ¿Creías que por tus años de dedicación ibas a ser bien recibido y considerado?

Las sensaciones no han sido buenas, sino todo lo contrario. Encima no puedo quejarme: estoy prejubilado y disfrutando de la enseñanza a inmigrantes. ¡Como se sentirán los cincuentones que pueden ser despedidos por cuatro perras, después de treinta y tantos años , según la nueva Contrarreforma Laboral!

Intentaremos quedarnos con la visión idílica del pasado, con El Regato que conocí y disfruté y olvidemos la experiencia reciente. Esto parece ser un comportamiento de viejos. Pero es que ya uno se está haciendo mayor, muy mayor.