jueves, 12 de noviembre de 2009

AFECTOS Y AMISTAD

Los primeros sentimientos del niño son el placer y el dolor. Si tiene necesidades y no están cubiertas sufre y por eso llora. Si son satisfechas siente placer y por eso “ríe”. Su objetivo inconsciente es sobrevivir y la risa y el llanto son los chivatos de ese objetivo.

Estos primeros sentimientos se van complicando a lo largo de los años. Al principio son reacciones biológicas, animales, posteriormente se convertirán en reacciones sicológicas, propiamente humanas. La socialización necesaria para desarrollarnos como seres humano va generando unos nuevos sentimientos más sofisticados pero que se derivan de los primeros. Las necesidades primarias se van diversificando y complicando. Ya no es suficiente con comer, dormir, estar abrigado, limpio y defecar. Buscamos, posteriormente, comer de restaurante, beber de todo, dormir en camas de agua y con mantas eléctricas y con “buena” compañía, queremos abrigos de visón y ropa y zapatos de marca, calefacción central o particular, queremos limpieza total en baños con yacusi y con inodoros que tienen chorros de agua tibia.

Como se ve hemos creado mil formas de buscar, aumentar y sofisticar el placer. Y mil formas de evitar el dolor y cualquier incomodidad. Estamos muy sensibilizados para experimentar mil matices de placer. Cada sentido se va afinando para percibir cualquier pequeña incomodidad y evitarla, y para percibir cualquier pequeña sensación agradable y aumentarla. Todo el progreso humano ha estado encaminado a mejorar nuestra vida, a darle más satisfacciones y placeres y evitar todas las comodidades.

Así van apareciendo una variedad de sentimientos casi infinita. Partiendo del placer y del dolor van apareciendo otros estados anímicos: satisfacción, ilusión, agrado, risa, sonrisa, alegría, euforia, afecto, amor y en el otro polo, malestar, disgusto, decepción, frustración, aversión, odio, depresión. Fijaros en la variedad de emociones y estados anímicos a los que puede llegar el hombre, partiendo del placer y del dolor. Son los mil matices de nuestros sentimientos.

¡Cuánta sofisticación!. Pero el objetivo es el mismo: Sobrevivir, Buscar el placer y evitar el dolor, Buscar la risa y evitar el llanto.

Pero ¡atención!, ya en los primeros momentos aparece un nuevo sentimiento que será el más importante para toda la vida del ser humano: el AFECTO. Las primeras necesidades son satisfechas por la madre, sobre todo, y por el padre. Ello genera una dependencia en el niño con relación a sus padres y un afecto mutuo que durará toda la vida y posibilitará otros afectos posteriores. Pasamos así de unos sentimientos biológicos a unos sentimientos sicológicos, diferenciándonos de esta manera del mundo animal y accediendo al mundo propiamente humano. Este paso es un maravilloso misterio que ha vuelto loco a filósofos, científicos y estudiosos de todo tipo, hasta tal punto que algunos postulan la existencia de un alma, un espíritu o algo divino en el ser humano. No entro ahora en esta cuestión.

Dar afecto y recibir afecto se convierte en la clave de nuestra existencia. La mayoría de esos sentimientos nombrados más arriba hace relación al AFECTO. Si la esencia del hombre es buscar la felicidad, eso dicen la mayoría de los filósofos, podríamos decir que ésta se consigue con los AFECTOS.

Bien es verdad que todos queremos más dinero, más poder, más placeres, menos dolor y menos miserias. Todos queremos ser más guapos, más listos, más altos y delgados. Queremos tender la mejor casa, el mejor coche o moto o play station . Queremos tener la mejor ropa, las mejores playeras o zapatos, el mejor móvil, la mejor ipod, el mejor equipo de música.

¿Qué sería de todo esto si no lo pudiéramos enseñar, mostrar, contar o compartir? ¿No creéis que el placer disminuiría? Algunos dirían que todas estas cosas producen placer individual y solitario y que no tiene que ver con los demás y su opinión. Tal vez tengan razón, pero hay una gran diferencia entre una masturbación y un buen polvo. ¡Qué grosero¡

Pensad un poco y filosofad sobre la vida y la felicidad.

Detrás de todas estas cosas están, una vez más, los afectos, la necesidad de ser querido, aceptado, alabado, solicitado… y, su vez, la necesidad de dar, ayudar, querer ... Todas estas cosas son importantes para nosotros como medios para que nos quieran, admitan, adoren… ¿ o No es así?.

Pensad y Argumentad.

Quererse. Querer y ser Querido…, Aceptarse, Aceptar y ser Aceptado… Amarse, Amar y ser Amado… (¡Qué romántico eres!) Pues sí, esta es la clave y el sentido último de nuestra vida. Todas las demás ansias, aspiraciones, deseos y necesidades se resumen en esta necesidad primaria, básica y fundamental: Quererse, Querer y ser Querido.

Pero ¿de qué vas? ¿No eres profesor de historia para desterrar ese romanticismo?. La violencia, las luchas, los odios, las envidias… son una constante de la vida humana… luego... Pues sí, pero si lo analizamos un poco veremos que detrás de todo esto está el deseo de tener más o ser adorado, idolatrado. Está el temor a que no se respeten, acepten unos derechos, una autonomía, una identidad… o lo que sea. Está claro que detrás del temor, la envidia, el egoísmo está la necesidad de autoafirmarse, de autoestima…, aunque mal entendidas. Luego detrás del poder, de la violencia, de la envidia está el Afecto…

Pensad y Argumentad.

Dentro de los AFECTOS, está primero la familia y posteriormente los amigos. La familia es el fondo afectivo originario, es nuestra causa y nuestra escuela. Si esta ha funcionado más o menos bien, no tendremos problemas con nuestra AFECTIVIDAD, o lo que es lo mismo con nuestra FELICIDAD, sobre todo hasta llegar a la vida adulta.

Pero en el devenir de la vida adulta los AMIGOS son más importantes que la familia originaria. Son elegidos por nosotros y somos elegidos libremente por ellos. Los amigos nos confirman en nuestro ser y en nuestra identidad. Son la base, la confirmación, el reconocimiento de nuestro ser adulto e independiente de la familia. Ellos son como el certificado de nuestra identidad, y de alguna manera, de nuestra autoestima. “Tener un amigo es tener un tesoro” – dice el refrán popular. Mucho más que eso. Tener unos, pocos, amigos auténticos y definitivos es Quererse, Querer y ser Querido, Aceptarse, Aceptar y ser Aceptado. Los amigos son la confirmación práctica de esos sentimientos que, como decíamos, son la clave y el sentido concreto de nuestra vida. Y la felicidad humana es inseparable de estos sentimientos.

El que ponga el sentido de su vida en las cosas, aunque sean maravillosas, si no consigue amigos de verdad ha fracasado en el proyecto vital humano y no será feliz. ¡Qué dogmático!

El que tenga problemas económicos, problemas laborales, problemas de cualquier tipo… si tiene pocos pero buenos amigos, se seguirá queriendo y se sentirá querido y podrá soportar los sinsabores de la vida.

Estas son mis ideas, esta es mi filosofía y esta es mi vivencia sobre los AFECTOS Y LA AMISTAD.

¿No estáis de acuerdo? ¿Queréis matizar cosas? Pues, adelante, PENSAD Y PENSAD.

Déjate de rollos que con mucho dinero, una buena casa-chalet, un buen tío o tía,, un cochazo y cuatro cosas más se puede pasar la vida, pero que muy bien, aunque los amigos no sean nunca de verdad.

Veis, todo es relativo y opinable. Se trata de elegir. Y aquí no es elegir una opinión, sino elegir una forma de vivir, elegir la vida, la única que hay. Así que nos arriesgamos mucho en este debate, que no es meramente académico sino vital. ¿No queríais debate?, TOMA DEBATE y si queréis, ya os huele, lo hacemos con una cerveza entre las manos.

7 comentarios:

  1. entonces, ¿todo el sistema existe solo para nuestro disfrute y placer?. la justicia, el bienestar, el odio....solo son "drogas" que queremos por que nos gustan.

    Pregunto: para ser mejor persona, ¿tengo que dejar de ser humano?

    PD: G. Artetxe, un saludo

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  2. "Ello genera una dependencia en el niño con relación a sus padres y un afecto mutuo que durará toda la vida y posibilitará otros afectos posteriores. Pasamos así de unos sentimientos biológicos a unos sentimientos sicológicos"
    Si resulta que nuestros padres son los responsables de nuestra supervivencia, por lo menos hasta que nos independizamos, ¿el afecto que les tenemos en la niñez no podría ser biológico en vez de sicológico? Es decir, instinto de supervivencia. "Si gracias a ellos sobrevivimos, tenemos que aferrarnos a ellos para seguir viviendo, tenemos que darles afecto para que no nos "abandonen" y poder sobrevivir" . ¿No sería esto un sentimiento biológico, por pura supervivencia? Hablo de la edad más temprana. Cuando crecemos, claro está, esos sentimientos se acompañan de admiración, respeto, orgullo hacia nuestros padres, y convierten ese afecto en sicológico. ¿Pero al principio de nuestra vida no tendría un carácter biológico?

    No sé si me he explicado...

    Por otra parte,
    ¿puede que el miedo a la muerte no sea otro que el miedo a encontrarnos solos? es decir, ¿por qué tenemos miedo de que nuestros seres queridos mueran? Porque ya no podemos disfrutar de su compañía, por así decirlo. ¿por qué le tenemos miedo a morir? ¿Por miedo a que a dónde vayamos después, si esque vamos a algún lado, nos encontremos solos? De hecho, esa podría ser la raíz del "cielo" cristiano, porque se supone, que cuando alguien muere, va a estar en compañía de Dios, en compañía de sus familiares o amigos que hayan fallecido, pero al fin y al cabo en "compañía" "con alguien". Quizás ese "cielo" deriva del miedo a la soledad, a la falta de cariño y de afecto por parte de alguien.

    Y bueno, lo de que detrás de la violencia y las guerras está el afecto... Es una gran verdad. Es decir, es casi seguro que todos los grandes dictadores tenían una gran falta de autoestima, buscaban ser respetados por la masa, buscaban la aceptación, y todo ello para reafirmarse a ellos mismos. ¿Por qué si no, se suicidaría Hitler? Bien, puede que por una parte, por no soportar la tortura que podría venirle después (que claro está, que si por ello se suicidó, sabía que algo malo había hecho, y que le iban a castigar por ello, ya que alguien con plena tranquilidad de conciencia, no acabaría con su vida y se mantendría con la frente siempre alta ¿no?), siguiendo con lo que estaba diciendo, si se suicidó pudo ser por ahorrarse dicha tortura, o porque no pudo soportar el hecho de que ya no le aceptasen, de que toda su identidad y autoestima que residían en la masa que le admiraba, en ese momento se había disuelto. Todo el afecto que él necesitaba, ya no existía, entonces, ¿para qué vivir?

    No sé si me he ido mucho por las ramas. O si no he escrito más que tonterías, pero puede que este sea el texto que más me ha hecho reflexionar.

    Un abrazo grande, Gabi.
    Y que no decaiga el debate! :-D

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  4. La Real Academia de la Lengua define AFECTO como cada una de las pasiones del ánimo, es decir, la ira, el amor, el odio…Sin embargo, si cada uno de nosotros fuera invitado a dar una definición el resultado sería sorprendente. Para la mayoría, la relación con el otro se basa en la dependencia, ya sea económica o psicológica. Esta dependencia crea temor, engendra en uno el afán posesivo, se deriva en recelos, frustración…
    La vida no puede existir sin relación, pero al basarla en el amor personal y posesivo, la hemos convertido en algo angustioso.
    Nadie queremos sentirnos solos. Conocemos ese estado en que hemos cortado una relación, cuando no hay sentido de futuro ni de pasado, sólo una sensación de completo aislamiento. Podemos estar rodeados de gente, en un autobús abarrotado o sentados con un amigo y, de repente, aparece esa terrible sensación de vacío, de vértigo, de abismo.
    Queremos volver a sentir placer. Pero para comprender el placer, debemos investigar el deseo. Y una vez que hemos descubierto qué es, aparece la siguiente cuestión: ¿Qué le da duración y continuidad al deseo?
    Algunos se sentirán queridos cuando son adulados. Sin embargo, la adulación debilita, te hace ser dependiente de lo que te causa placer y te acabará llevando a la frustración. Otros hallarán el afecto cuando sus pensamientos o sus actos agraden a la persona amada. De esta manera se sentirán esclavos de la mirada ajena, dejarán de ser ellos mismos.
    ¿Por qué buscamos seguridad en el afecto? No existe permanencia en las ideas, ni en los pensamientos, ni en los conceptos y, sin embargo, buscamos permanencia en nuestras relaciones. ¡Qué complicado!

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  5. A estas horas no estoy para filosofar (son las 3.50 a.m), pero estate contento porque me ha servido para estar un ratillo entretenida que la noche aquí se hace muy larga y dura. Sigue escribiendo que la próxima está cerca
    Bendita jubilación!!!
    Dulces sueños para todos.
    Musuuuus. Itsas.

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  6. DIEGO CALLEJA
    Hola Gabi (me permito el lujo de saludarte primero a tí por ser el creador de este invento virtual), hola a todos:
    Reflexionando sobre este texto me he acordado de un gran ejemplo que pone Fernando Savater en su libro "Ética para Amador". Al final, querer, quererse, ser querido... Aceptar, aceptarse, ser aceptado... Etc. No es más que, como dices, buscar la fórmula o el truco de cómo ser feliz o por lo menos, cómo no volverte loco para conseguir este objetivo.Pues bien. El ejemplo que pone Savater y que precisamente es el ejemplo a evitar es el del Ciudadano Kane. Aquel magnate de prensa que durante toda su vida busca acumular posesiones, ser temido y tener poder. Sobre todo, el Sr. Kane antepone ésto a las relaciones humanas y afectivas. Se olvida de lo más importante para el ser humano: la dignidad. Una de las bases para llegar a ese objetivo. Ser feliz. Y como yo soy de los que creo que el tiempo pone a todo el mundo en su sitio (aunque a veces pasa mucho o demasiado), a Kane también le llegó la hora. Murió repitiendo la palabra ROSEBUD sin saber ni siquiera qué significaba. Exactamente tenía que ver con el único recuerdo que tenía de su vida. Ni dinero, ni fama, ni nada. La marca del trineo con el que fue feliz de niño.
    No seamos como Kane y aunque a veces cueste busquemos la felicidad en las personas. Estoy contigo. Viva la amistad.
    Agur. Un saludo.

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  7. Javier Bascones:

    Me gusta el debate!!

    "Querer, quererse y ser querido". Sobre lo que decia maritxu, me ha parecido interesante la unión biológica que podamos tener con nuestros padres, pero creo que un hijo adoptivo puede tener el mismo afecto por sus padres.

    En mi opinión lo importante es que se den ambos aspectos, querer como ser querido, que sea recíproco, ya que sin uno de ellos, el otro se vería mermado, poniendonos romanticones, el mejor amor será, el que es correspondido. No me olvido del otro, el quererse a uno mismo, imprescindible para poder querer.

    Bueno ya vale... Siento no haber entrado antes al blog, me hubiera gustado serguirlo desde el principio... Hubiera comentado el del racionalismo en el mundo de hoy, pero perdona por revelar que lo tengo fotocopiado de clase y todavia lo guardo...

    Como hice con El Médico de Noah Gordon (yo elegí ese), el primero que creo que me recomendaste leeré "La mano de Fátima" y veré Agora, podré hacer una opinión crítica sin temor a que me bajes la nota si no me gusta...

    Gracias por todo Gabi

    Javier Bascones (alumno hasta 2008, sigo ahora..)

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