lunes, 22 de junio de 2009

DESPEDIDA

!!!HA MERECIDO LA PENA!!!
Esto se acabó. Se terminaron las clases para siempre jamás.
Es muy difícil hacer un resumen y una valoración de los 32 años de profesor de bachillerato.
El pequeño filósofo quiere únicamente expresar los sentimientos de estos días de inminente despedida. Tiempo habrá para hacer una reflexión más serena y profunda.
Su impresión es: “ Ha merecido la pena!
Tiene la misma sensación que cuando hacía una travesía de montaña y llegaba a la cima: “ Daba gusto, sentía una profunda alegría por lo que desde allí contemplaba, porque había alcanzado con éxito su objetivo, porque había superado felizmente los momentos malos, las pájaras y porque sólo le quedaba el disfrute de la bajada, contemplando los paisajes.”
Así se siente el pequeño filósofo al final de su carrera laboral y en el inicio de su jubilación. Siente que ha llegado al final en plenitud de sus facultades físicas y síquicas. ¡Qué iluso! Bien es verdad que ha sufrido alguna que otra vez alguna pájara, y un pajarón terrible allá en la cuarentena (crisis de los 40), que ha habido momentos malos y muy malos, que estuvieron a punto de retirarle de la profesión ¡qué exagerado!
Sin embargo la travesía, globalmente, ha sido muy bonita y satisfactoria. Ha disfrutado como un enano. Los caminos han sido a veces escarpados y peligrosos. Educar a adolescentes es complicado. Se necesita pedagogía, mano zurda, autoridad, motivación, exigencia, sicología … y lo debe de tener por cómo le ha ido.
Educar a adolescentes, llenos de fuerzas físicas, síquicas y hormonales que no pueden controlar porque su razón no está suficientemente formada es una tarea casi imposible.
Educar a adolescentes, a los que les duele todo, sobre todo su cabeza, a estos adolescentes descerebrados , algunos de ellos, … es complicado
ES DIFÍCIL PERO HA MERECIDO LA PENA.
1.-Recuerda con agrado esos debates sobre lo divino y lo humano, sobre sistemas políticos, sobre ética y los valores humanos, sobre socialismo y capitalismo, sobre relativismo y convencionalismo. Eran unos debates entretenidos y fogosos, sí fogosos; debates graciosos unos y apasionados otros. Eran unos debates con risas y lágrimas. En estos el pequeño filósofo se lo pasaba, otra vez, como un enano y se le notaba que disfrutaba. ¡ no es broma!. Y ellos, sobre todo los que salían a la palestra, entraban al trapo, se entregaban y hasta se divertían. El viejo profesor ha seguido haciendo debates toda su vida laboral. Nadie le enseñó … y lo fue aprendiendo y mejorando con las sugerencias de sus propios alumnos.
2.-Recuerda con menos agrado las clases magistrales, dictando apuntes. Sobre todo esas clases de la tarde que no aguantaba ni él ni los alumnos. Esas mismas clases magistrales, en las horas de la mañana podían ser, sin embargo, entretenidas por lo menos para él. Disfrutaba explicándoles los sistemas ideológicos, los sistemas políticos, criticando el “asqueroso y cochino sistema capitalista” y contándoles anécdotas para ilustrar las teorías…, y cuando ya no podía más les ponía una película interesante.
3.-Sea como fuere, fuese su metodología acertada o no, sí es verdad que recibía ecos y sensaciones positivas de parte de la mayoría de los alumnos. Sí llegaba a ellos; sí se sentía escuchado, respetado y valorado… y todo esto a pesar de la cada vez mayor diferencias de edad y de generación. El pequeño filósofo tiene que agradecer esas muestras y tiene que reconocer que recibió mucho de sus alumnos. Sus alumnos, ya ex alumnos, le hicieron sufrir, pero le hicieron disfrutar más; le mantuvieron joven, con espíritu juvenil; le contagiaron su vitalidad, su energía, sus ganas de vivir. A medida que él se iba adaptando a ellos, para sobrevivir como profesor, ellos se iban adaptando a él, a sus manías, a sus rarezas, a su metodología. Y en esta adaptación el viejo profesor se sintió joven, dinámico, animoso e iluso, como un adolescente más. Y así hasta el último año, cuando cumple 60 años.
Agradece mucho todo esto, toda esa afectividad recíproca y compartida y siempre lo recordará con gran agrado.

5 comentarios:

  1. Gabi, le he preguntado a Oier y me ha dicho que no le han cambiado la nota.
    Saludos y a seguir bien.

    ResponderEliminar
  2. Hace poco me comentaron que estabas trabajando en la conquista de Internet, y veo que poco a poco te vas creando tu huequecito!
    Quién te iba a decir a ti que acabarías dando clases virtuales? jejeje
    Un placer volver a escucharte (leerte), Gabi!
    María C.

    ResponderEliminar
  3. Que razón tienes en dos puntos.
    La primera y más importante la del afecto y recuerdo de tu persona, que tienen tus ex-alumn@s
    La segunda, lo duro que se hacian esa horas de la tarde copiando apuntes

    ResponderEliminar
  4. Hola Gabi, seguramente no te acuerdes de mi, terminé el bachiller hace 8 años y casualmente he llegado a este blog.
    Siempre he comentado con los amigos que eres el mejor profesor que he tenido hasta ahora.
    Planteabas las clases de una forma interesante, participábamos por gusto más que por obligación, debatiamos, criticábamos unas cosas u otras...
    En definitiva nos ayudaste a que nos importase tener una conciencia social, ética, moral, política... Y conseguir que hoy en día como bien dices en esta asquerosa sociedad capitalista a los jóvenes nos importen estas cosas es un gran logro.
    Asi que gracias por todo y que disfrutes de tu jubilación.
    Fdo. Jon Asensio

    ResponderEliminar
  5. Aupa Gabi!
    Qué curioso, jamás hubiese imaginado que te meterías en el mundo de internet! jeje.
    Es una pena que hayas decidido jubilarte antes de darle clase a mi hermano, tenía ganas de que le meterías caña y le hicieras reflexionar con tus dilemas sin solución y tus pregunta s trampa.
    He de confesar (sin ninguna pretensión de peloteo) que disfrute de tus clases de filosofía e, incluso, de las de historia. Está bien que por una vez nos hagan reflexionar y no sólo acumular información que ni siquiera asimilamos.
    Espero que todo te vaya genial!

    ResponderEliminar